Para que la ola de empresas e inversiones llegue con más fuerza a México, el gobierno debe enfocarse en trabajar para mejorar la oferta educativa, de infraestructura y de energía.
Es verdad que México está recibiendo inversiones y empresas como parte de esta ola de relocalización (nearshoring, reshoring, friendshoring, allyshoring), sin embargo, la ventana de oportunidad no durará para siempre y, si no se trabaja en temas clave, el país perderá esta coyuntura.
“Veo una ventana de cierre al fenómeno de relocalización e inversiones. Primero porque todo este dinero que se aprobó en Estados Unidos tiene un techo, no se puede renovar; y tiene un horizonte porque hay una cantidad de años en la que se tienen que gastar”, dijo Juan Carlos Baker, director general de Ansley Consultores Internacionales, durante su participación en el Encuentro Expansión Nearshoring: una estrategia de respuesta a la desaceleración económica.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) estima que México podría ser el país más beneficiado por la relocalización, con alrededor de 35,000 millones de dólares.
Aunque no se puede precisar una fecha de caducidad, esta ventana se podría cerrar en un lapso de entre cinco y siete años, apuntó Baker, también exsubsecretario de Comercio Exterior de México y parte del equipo negociador del T-MEC.
México no cuenta con naves industriales disponibles; sin embargo, hay espacio para la construcción de nuevos parques.
Si bien el norte y el Bajío en México tienen bien desarrolladas las cadenas de producción y vías de comunicación, en el sur-sureste se está trabajando con el Corredor Transístmico y en 10 parques industriales para atraer empresas e inversión.
Inversión en tres pilares
Para que México pueda aprovechar de mejor manera la relocalización y el acortamiento de las cadenas de suministro y producción se necesita invertir en educación superior en varios estados del país para desarrollar la mano de obra que las industrias requieran; así como inversión en transmisión eléctrica -uno de los requerimientos más grandes que habrá-. También se requerirá inversión en infraestructura carretera, aduanera, ferroviaria, portuaria y aeroportuaria, comentó Jesús Carrillo, director de economía sostenible del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco).
Además del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá, México es atractivo por tener 14 acuerdos comerciales con 46 países, lo que hace que sea visto como “la antesala no solo a Estados Unidos, sino a Europa y Sudamérica. El nearshoring nos acerca a todo el mundo”, sostuvo Margarita Alcántara, directora de impulso económico global de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE).
Igual que la globalización, “la relocalización es una tendencia que llegó para quedarse”, aseguró por su parte Claudia Ávila, quien está en la coordinación de asesores del secretario de Hacienda en temas de nearshoring.
Destacó que, ante la incertidumbre que están viendo en China, muchas empresas están analizando la posibilidad de traer su proveeduría a México.
“Con el nearshoring, hoy por hoy, el factor (en la toma de decisiones) nuevo es el riesgo. El factor de costos, de conectividad, infraestructura y el talento siguen como determinante en las empresas para instalarse”, explicó Ávila al precisar que esta relocalización no se dará de la noche a la mañana; llevará tiempo.
Entre las inquietudes de las empresas extranjeras sobre México están: “la disponibilidad de insumos, el mercado eléctrico, las estimaciones de demanda de Estados Unidos, planes de infraestructura y cosas de ese tipo”, agregó Samuel Vázquez, economista principal de BBVA México.
China pierde terreno en EU
Aunque China sigue siendo el principal proveedor de Estados Unidos, el gigante asiático ha perdido presencia en el mercado estadounidense, apuntó Vázquez, directivo de BBVA, algo que México no ha aprovechado al máximo.
Agregó que de cinco puntos porcentuales que perdió China en Estados Unidos, México se quedó con menos de 1%. Vietnam fue el más beneficiado, pasando de 2% a 4%. “Hemos calculado que, con 15% que nos hubiéramos quedado del comercio que perdió China (en Estados Unidos), México hubiera crecido poco más de un punto porcentual”, sostuvo.
Dejando de lado el recomido geopolítico y la emergencia sanitaria, Estados Unidos ve a China como un elemento “incómodo” y está interesado en fortalecer su propio mercado, señaló Carrillo del Imco.
Reconfiguración
Una de las ventajas que tiene China es que es el único país con control en toda la cadena de suministros -insumos básicos, bienes intermedios y productos finales-. Además, desde antes de la pandemia, han estado comprando concesiones mineras en todo el mundo, abarcando la producción de minerales básicos, “lo que hace que dependan menos de cadenas de suministro global” señaló Ávila, de la SHCP.
Las empresas no van a salir de China, pues no van a dejar de atender al gigante asiático, a India ni a los demás países de la región.
Ahora bien, para surtir al mercado estadounidense y europeo, México es uno de los candidatos para hacerlo, pero no el único, destacó Baker Pineda.
“A nosotros nos dicen: no me voy a salir de China. No tengo ni necesidad ni interés”, sostuvo Alcántara de la cancillería. “No quieren enemistarse con el segundo mercado más grande. No voy a sacar nada de China, pero tampoco voy a poner más”, añadió.
En esta reconfiguración, apuntó el economista de BBVA México, el comercio de servicios pesará más que el de mercancías. “Esa parte será más difícil que se vuelva más local”, anticipó.
Relación México-China
China fue el “mejor amigo” no solo de México, sino de América Latina y de otras partes del mundo durante la pandemia, por lo que “no nos quedó más que jugar bien con China”, recordó Margarita Alcántara.
Aunque México forma parte de Norteamérica y, al ser parte del T-MEC, tiene que buscar el crecimiento y fortalecimiento de la región, no puede descuidar la realcen comercial con el gigante asiático.
Sin embargo, lamentó Juan Carlos Baker, “México ha fallado en definir un China policy”, a diferencia de lo que ocurre en otros países. “No podemos pretender vivir en un mundo donde no exista China, nuestro segundo socio comercial“, agregó.
A pesar de busca un balance entre la relación con Estados Unidos y China, llegado el momento, México siempre tendrá que apostar por la relación con el vecino del norte, coincidieron los participantes del Encuentro Expansión.
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