Kevin Zacarías, joven oaxaqueño de 15 años de edad, recibió un balonazo en el estomago durante una cascarita en su comunidad, el impacto fue tan fuerte que, al momento de quererse levantar se desvaneció y se convulsionó sobre la cancha.
Al pensar que era una situación normal, tanto compañeros como rivales, se acercaron, le “echaron aire” y esperaron a que el momento pasara, eso hasta que alguien se percató que las cosas no iban del todo bien.
Kevin “se puso de color azul”, le brindaron RCP, pero volvió a convulsionar hasta que se quedó quieto, en ese instante alguien se dio cuenta de que tenía los pies blancos, ahí fue cuando lo llevaron a la Cruz Roja, todo esto antes de que una ambulancia lo recogiera.
En un lapso de tres horas el infante sufrió tres paros cardiacos, por lo que, de acuerdo a declaraciones de Julio Morales, tío de Kevin, asegura que su corazón late al 50 por ciento; “sigue muy delicado mi sobrino”, reveló.
De acuerdo con los médicos, las esperanzas de vida para Kevin son pocas, pero no pierden la fe.
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