Una demanda interna “más fuerte de lo esperado” y el avance de sus socios comerciales, también por encima de lo previsto, llevaron al Fondo Monetario Internacional (FMI) a ajustar al alza su perspectiva de crecimiento para la economía mexicana en 2024. Del 2.1 por ciento proyectado por el organismo en octubre, ahora se prevé que el avance en el último año de la administración de Andrés Manuel López Obrador sea de 2.7 por ciento.
Luego de un avance de 3.4 por ciento el año pasado ―estimado por el FMI al margen del dato oportuno publicado esta mañana por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi)―, se prevé que el producto interno bruto (PIB) de México desacelere a 2.7 en 2024 y que lo haga otro poco más en 2025, primer año de la administración que se elegirá en los comicios presidenciales de junio.
En 2025 el FMI proyecta que el avance de la economía sea de 1.5 por ciento, dato que no se modificó frente a los pronósticos publicados por el organismo en las Perspectivas de la economía mundial (WEO por su sigla en inglés) de octubre. Por lo regular, durante los primeros años de una nueva administración las tasas de crecimiento se reducen, pero el organismo no especificó la causa de su previsión.
Disminuye inflación, sin recesión
A nivel mundial se anticipa cierta estabilidad. “La economía global comienza el descenso final hacia un aterrizaje suave, con una inflación que disminuye constantemente y un crecimiento que se mantiene. Pero el ritmo de expansión sigue siendo lento y es posible que en el futuro se produzcan turbulencias”, comentó Pierre-Olivier Gourinchas, economista en jefe del FMI.
El organismo prevé que el crecimiento de 3.1 por ciento –que estima para 2023–, se replique este año y aumente a 3.2 por ciento en 2025, debido “a una resiliencia mayor de lo esperado en Estados Unidos y en varias economías de mercados emergentes y en desarrollo importantes, así como al estímulo fiscal en China”.
No obstante “ las previsiones para 2024–25 son inferiores al promedio histórico de 3.8 por ciento (2000–19), ante las elevadas tasas de interés de política monetaria para combatir la inflación, el repliegue del apoyo fiscal en un entorno de fuerte endeudamiento que frena la actividad económica y el bajo crecimiento de la productividad subyacente”, acotó.
Para Estados Unidos, el FMI prevé que la economía crezca 2.1 por ciento este 2024 y desacelere a 1.7 por ciento en 2025; “los efectos rezagados del endurecimiento de la política monetaria, el ajuste presupuestario gradual y la moderación en los mercados laborales frenarían la demanda agregada”, explicó el organismo en su actualización de previsiones.
Para China se estima que el crecimiento sea de 4.6 por ciento en 2024 y de 4.1 por ciento en 2025. “La mejora refleja el efecto de arrastre de un crecimiento más fuerte de lo esperado en 2023 y el aumento del gasto público en fortalecimiento de las capacidades para hacer frente a desastres naturales”, expuso.
“Con la mejora de las perspectivas, los riesgos se han moderado y están equilibrados”, acotó el organismo. No descarta que una desinflación que se materialice más rápido de lo esperado abone al crecimiento; al mismo también contribuiría el que las expectativas de inflación a corto plazo disminuyan y permitan a los bancos centrales reducir las tasas de interés antes.
También hay riesgos al alza, alertó. El primero identificado por el organismo son retrasos en las medidas de consolidación fiscal que los gobiernos han anunciado para 2024-25, debido a los llamados para aumentar el gasto público “en lo que es el año electoral mundial más importante de la historia. Esto podría impulsar la actividad económica, pero también estimular la inflación y aumentar la posibilidad de perturbaciones posteriores”.
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