23 noviembre, 2024

México pide a Estados Unidos mano dura para frenar el tráfico de armas estadounidenses

Menos armas estadounidenses en México, y menos drogas sintéticas mexicanas en Estados Unidos.

Ambos países han acordado en Washington impulsar su colaboración en el marco del Entendimiento Bicentenario, con un triple objetivo: reducir el crimen organizado, frenar el tráfico de drogas, y limitar la llegada de migrantes venezolanos.

México cifra en 32 000 las armas decomisadas el año pasado entre los dos países, y se calcula que más de dos tercios de los 33 000 homicidios registrados en México en los últimos doce meses fueron causados por armas de fuego.

“Como se ve en nuestro mapa, esta es la pandemia de armas que tenemos en México, y estos son los municipios de Estados Unidos, donde se venden esas armas, los que están en color rojo. ¿Por qué valoramos tanto el apoyo y queremos agradecerlo en el día de hoy? Y lo vamos a seguir agradeciendo el año entrante para que logremos reducir esto. Si logramos reducir esto la violencia en México va a seguir bajando”, explicó el Ministro de Exteriores mexicano, Marcelo Ebrard.

Y respecto a la migración venezolana, el secretario de Estado de Seguridad Nacional estadounidense dijo:

“Hemos anunciado medidas adicionales para reducir el número de personas que llegan irregularmente a nuestra frontera sur y crear un mecanismo más ordenador, seguro y humano para quienes huyen de la crisis económica y humanitaria en Venezuela. Aquellos que intenten cruzar ilegalmente la frontera sur de Estados Unidos, serán deportados”, señaló Alejandro Mayorkas.

El plan estadounidense prevé que tengan un estatus temporal de dos años como el concedido a los ucranianos, ofreciendo unos 24 000 visados para venezolanos.

Sin embargo, las primeras deportaciones se producían este mismo jueves en el puesto fronterizo de El Paso. Unos 300 migrantes fueron devueltos a territorio mexicano, ante la desesperación de quienes llevan mucho tiempo esperando en Ciudad Juárez para cruzar la frontera.

Leoneti Castillo es uno de los deportados: “Entré aquí a Estados Unidos, nos regresaron, no nos dieron respuesta. Nos tomaron una huella y unas fotos y nos sacaron por el puente otra vez, como váyanse a su casa, otra vez”, comenta.

La noticia cayó como un jarro de agua fría para los venezolanos que siguen en países como Colombia, preparando el viaje hacia Estados Unidos, vía Panamá.