21 noviembre, 2024

USTR advierte sobre “graves daños” a EU por políticas de México sobre transgénicos

Ante las controversias empresariales recientes, Estados Unidos se mantiene colaborando con México para abordar las preocupaciones relativas a los transgénicos, lácteos, biotecnología agrícola y sector energético.

Las políticas sobre transgénicos de México amenazan con causar “graves daños económicos” a los agricultores estadounidenses, advirtió este jueves Katherine Tai, titular de la Representación Comercial de la Casa Blanca (USTR), en su comparecencia anual en el Senado.

Recientemente, Estados Unidos estableció un panel de solución de controversias para abordar sus preocupaciones con las restricciones lácteas revisadas de Canadá.

En paralelo, Estados Unidos está celebrando consultas con México para abordar su preocupación por las medidas que perjudican a las empresas energéticas estadounidenses.

Además, sigue colaborando con México para abordar las preocupaciones relativas a la biotecnología agrícola.

“Las políticas de México amenazan con causar graves daños económicos a los agricultores estadounidenses y reprimir la innovación que puede promover la seguridad alimentaria mundial”, dijo Tai a los senadores.

Al respecto, el 6 de marzo, Estados Unidos solicitó consultas técnicas con México en el marco del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).

“Si nuestras preocupaciones no se resuelven a través de consultas técnicas, consideraremos todas las opciones para solucionar este problema, incluyendo la adopción de medidas adicionales en el marco del T-MEC”, agregó Tai.

Tai expuso que Estados Unidos, a la vez, ha utilizado diligentemente el Mecanismo Laboral de Respuesta Rápida (MLRR) del T-MEC para defender los derechos de los trabajadores en México.

El 20 de julio de 2022, Estados Unidos solicitó consultas con México bajo el capítulo de Solución de Controversias del T-MEC, argumentando que varias políticas energéticas de México violan a este acuerdo, favorecen a Pemex y la CFE y afectan negativamente a las empresas estadounidenses que operan en México y a la energía producida en Estados Unidos. Luego Canadá presentó su propia solicitud.