21 noviembre, 2024

‘No podemos regresar’: migrantes varados en México se debaten entre la frustración y la desesperación

Un fallo de la Corte Suprema que prorrogó la política de expulsión conocida como Título 42 ha generado una gran decepción entre muchos migrantes que están en la frontera con la esperanza de solicitar asilo.

 A medida que el sol caía el martes en el enorme campamento improvisado ubicado a menos de 1,5 kilómetros del río Bravo, en México, cientos de migrantes se reunieron para compartir la noticia que habían estado temiendo: su espera para cruzar la frontera cercana hacia Estados Unidos se había hecho más larga, de manera indefinida.

La información de que la Corte Suprema de Estados Unidos extendió una política sanitaria que lleva casi dos años en vigor y prácticamente cerró la frontera para muchos migrantes se dispersó por el campamento, lo que dejó esperanzas rotas y una profunda decepción. Roodline Pierre, de 28 años, que estaba entre un gran número de haitianos reunidos alrededor de sus celulares, sacudió la cabeza mientras describía cómo había escapado de una lista larga de dificultades en Haití con su esposa y su hija de 14 meses. Y comentó: “No podemos regresar. Lo dejamos todo para estar aquí”.

En un breve fallo anunciado la tarde del martes, la Corte Suprema bloqueó de manera indefinida una orden previa que habría suspendido la política conocida como Título 42, lo que habría permitido que miles de migrantes pudieran dirigirse a un puerto de entrada estadounidense y solicitar asilo en Estados Unidos.

La política, que según funcionarios estadounidenses ya no es necesaria para proteger al país del coronavirus, permite la expulsión rápida de muchos migrantes que cruzan la frontera sin autorización, y grandes cantidades han estado esperando en México la terminación de la política. En cambio, esta podría mantenerse en vigor durante varios meses más.

Pierre señaló las condiciones paupérrimas a su alrededor. Las personas cocinaban carne en parrillas oxidadas y con pilas de leña. Los niños entraban y salían de las tiendas de campaña ubicadas a lo largo de la calle. Había desechos y artículos de higiene personal usados esparcidos en un lote de tierra vacío.

“Estas no son condiciones para los niños. Ninguna persona debería vivir así. Queremos una vida mejor y ahora estamos varados aquí durante mucho más tiempo”, afirmó Pierre. La política no tiene sentido, indicó y agregó que si a las autoridades estadounidenses les preocupa tanto que la gente lleve la COVID-19 hacia Estados Unidos, ¿por qué no le hacen una prueba a cada persona y permiten que los no contagiados soliciten asilo?