Aunque Intel ya inició la construcción de sus nuevas plantas para fabricar semiconductores en EU, estarán operativas a partir de 2024. México buscará realizar la última fase del proceso de producción.
La construcción de dos nuevas plantas de semiconductores de Intel ha iniciado en Arizona, al sur de Estados Unidos. Aunque esta es una buena noticia para los fabricantes de vehículos, el beneficio llegará en el mediano plazo: los primeros chips estarán disponibles a partir de 2024, con lo que la falta de los diminutos componentes seguirá causando estragos en las plantas armadoras durante el resto del año.
Europa y Estados Unidos han evaluado durante meses alternativas para reducir la dependencia de Asia como proveedor de semiconductores. A principios de junio, el Congreso estadounidense aprobó un proyecto de Ley de Innovación y Competencia (USICA, por sus siglas en inglés), que proporcionará incentivos específicos para la fabricación de estos componentes en el país, así como para la fabricación de los equipos y herramientas especializados requeridos para hacerlo.
Tras la aprobación de esta Ley, Intel inició el 24 de septiembre la construcción de sus dos fábricas en Arizona, como parte de su plan para recuperar su liderazgo en la fabricación de chips para 2025, después de haberse quedado atrás de su rival Taiwan Semiconductor Manufacturing (TSMC). Las nuevas plantas también serán las primeras que Intel construya desde cero con espacio reservado para clientes externos.
La empresa ha fabricado durante mucho tiempo sus propios chips, pero su plan de recuperación exige asumir trabajos para clientes externos, desde fabricantes de celulares y empresas que ofrecen servicios de almacenamiento en la nube, hasta armadoras de vehículos.
“Queremos tener más resiliencia en la cadena de suministro”, dijo a Reuters en una entrevista el presidente ejecutivo de Intel, Pat Gelsinger, quien a principios de septiembre asistió a una reunión en la Casa Blanca sobre la escasez global de chips. “Como la única empresa en suelo estadounidense que puede realizar los procesos de litografía más avanzados del mundo, vamos a dar un paso adelante a lo grande”.
El rival de Intel, TSMC, también compró recientemente un terreno en Phoenix, no lejos de la ubicación de Intel, donde planea construir hasta seis fábricas de chips.
México buscará realizar la última fase del proceso de producción de los chips: la programación. “Estados Unidos va a realizar la manufactura de los waffles, que es como se le llama a la base de los semiconductores, pero estos necesitan ser programados. Esto lo tiene que hacer un tercero. Y en México tenemos a varias empresas, en Guadalajara, Tijuana y Mexicali, que se dedican a hacer esta última fase, que es intensiva en mano de obra”, dijo Alberto Bustamante, director de Comercio Exterior de la Industria Nacional de Autopartes.
Intel prevé que sus dos nuevas plantas estarán operativas a partir de 2024, con lo que los representantes del sector vislumbran que la escasez mundial de chips continuará afectando la producción de vehículos durante el resto del año. Fausto Cuevas, director general de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz, prevé que la producción de vehículos en México descenderá 5%, respecto a los 3.1 millones de unidades ensambladas en 2020.
En los últimos tres meses, varios fabricantes, como General Motors, Nissan y Volkswagen, han tenido que parar sus plantas debido a la falta de componentes con chips. Esto se ha visto reflejado en el volumen total de producción, que al cierre de septiembre hiló tres meses con caídas de doble dígito.
“Iniciamos el año con una expectativa de recuperación de 12% frente a 2020, pero la escasez de semiconductores ha cambiado el pronóstico”, dijo Cuevas, quién también previó una disminución en las exportaciones, de entre 3.8% y 4.2%. “Es evidente. Si hay una menor producción, también estimamos una menor exportación”, detalló.
La escasez de semiconductores empezó a trastocar la dinámica automotriz desde principios de 2021 y el problema ha escalado a tal grado que prácticamente todos los fabricantes han agotado sus inventarios de vehículos. “Estamos vendiendo lo que se va produciendo”, dijo Guillermo Rosales, director general adjunto de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores. “Este no es un problema exclusivo de México, es un fenómeno global”.
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