Alfonso de la Mora Pérez tiene 52 años de edad, su madre tiene 84 y hace 26 fue diagnosticado VIH positivo.
Sin trabajo a raíz de la pandemia, ahora pide en la calle caridad para poder llevar algo de comida para él y su madre, solos en el mundo, solos en medio de la pandemia. Era chef y es bilingüe, sabe hablar inglés.
Además de arrebatarle su trabajo, el Covid-19 también le ha presentado otra durísima prueba, pues a raíz de la contingencia sanitaria, ahora sus medicamentos para llevar su tratamiento ya no se los dan en Playa del Carmen.
Cabe decir que no vive en Playa del Carmen, vive aún más lejos, en la delegación de Puerto Aventuras y ahora debe ir hasta Cancún al Centro Ambulatorio para la Prevención y Atención en SIDA e Infecciones de Transmisión Sexual (Capasits) para recibir su tratamiento.
Cosa, dice, con la voz quebrada y el llanto a punto de caer de los ojos, que a veces no logra, pues para viajar por sus medicinas debe gastar más de 200 pesos, que ahora no tiene.
Pide ayuda, no solo por él sino porque su madre también depende de lo que pueda llevar a su casa, desesperado y cansado por este tiempo en que su salud se ha desmejorado notablemente, pide que se haga algo para que pueda recibir su tratamiento otra vez en Playa del Carmen.
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